Elecciones Generales Chile 2021
El pasado 21 de julio 7 millones de chilenos acudieron a las urnas para elegir presidente, además de 27 senadores, 155 diputados y 302 consejeros regionales (o CORES).
Si bien la participación superó a la de las presidenciales de 2017, aún hubo una abstención que se ubicó por encima del 50%. En el caso de Chile esto no representa una anomalía, siendo que desde que el voto es voluntario en el país, la abstención suele ser de las más altas del continente.
La jornada electoral transcurrió bastante tranquila durante todo el día. El cierre de la elección se llevó a cabo a las 18h tal como estaba previsto, y la transmisión de datos fue bastante rápida. Tan sólo 4 horas después del cierre ya se tenía publicado más del 90% de los resultados no oficiales correspondientes a la contienda presidencial y más del 50% de los correspondientes a la contienda de diputados.
Pero la noticia prevalente durante el día, fuera de la discusión política entre partidarios de un candidato u otro, tuvo que ver con lo exagerado del tamaño de las boletas de votación.
Boletas sobredimensionadas
En algunas circunscripciones electorales la boleta podía adquirir dimensiones descomunales. Sólo como ejemplo, la boleta de la Circunscripción Provincial Elqui en la Región del Coquimbo (puedes bajarlo aquí) medía 70×46 cms. ¡Esto quiere decir que una sola de estas boletas tiene más de 5 veces la superficie de una hoja tamaño carta, y debía doblarse en 9 partes!
Además de lo engorroso del proceso de doblado de la boleta, hay que considerar que a menos que el votante haya estudiado la boleta que le corresponde bastante bien con antelación, podía tomar un tiempo considerable la búsqueda del candidato correcto en cada una de las contiendas a elegir. Según estimaciones del propio servicio electoral de Chile (SERVEL), a cada votante podría tomarle entre 3 y 5 minutos emitir sus votos y doblar las boletas. En el ejemplo que citamos se calcula que únicamente el doblado de la boleta podía tomar hasta 1 minuto.
La experiencia de votación en Chile
Debido a las medidas sanitarias tomadas con motivo de la pandemia, la capacidad de ocupación dentro de los centros de votación estaba limitada. El proceso se organizó con filas fuera de los centros de acuerdo a la mesa donde cada elector tuviera que votar. A medida que se fueran desocupando las mesas, personal de logística del centro permitía el paso de más personas. Esto evitó aglomeraciones y desordenes en el acceso a los centros. Perdo dependiendo del centro de votación asignado, la mesa correspondiente y la hora en la que se acudiera a votar, un elector podía pasar desde 10 minutos en fila en el mejor de los casos, hasta más de dos horas.
Una vez adentro el votante es verificado en el cuaderno de votación recibe las 4 boletas correspondientes de parte de los vocales de mesa, con los dobleces previamente marcados para agilizar el tiempo del elector. En cada una de las boletas el votante debía marcar una única opción en cada boleta, y luego doblarla tal como indican las marcas y depositarla en la su urna correspondiente.
Las boletas una vez dobladas tienen colores diferentes, de acuerdo con la contienda, y cada una se deposita en una urna distinta. Las urnas están fabricadas en material transparente, lo cual ayuda a ubicar fácilmente en cual debe depositarse cada boleta. Esto también ayuda a crear la percepción de transparencia del proceso: es posible verificar que las urnas están vacías antes de comenzar la votación, y también que cada elector introduzca solamente una boleta en cada caja.
Oportunidades de mejora
En este caso existen oportunidades de mejora, que aunque pudieran pasar por modernizar y digitalizar el instrumento de votación, lo que requieren de manera urgente es un rediseño de la experiencia de usuario, orientado a reducir el tiempo de votación, minimizar la posibilidad de confusión, y mejorar la interacción del votante en general con el proceso de votación.
Éste no es un problema nuevo en Chile. Ya lo vimos desde la elección de Convencionales Constituyentes en mayo de este año e incluso antes, en elecciones de Consejeros Regionales desde al menos 2013.
Al evaluar cambios en la experiencia del votante deben tenerse en cuenta factores como la tradición o costumbre. Hacer cambios radicales en una boleta de votación a cuyo diseño ya estaban acostumbrados los electores podría resultar contraproducente.
Es importante además considerar factores como la accesibilidad para personas con ciertos tipos de discapacidad visual, y personas que no saben leer ni escribir. En este sentido la inclusión de logos de partidos o alianzas y de números para cada candidato son una ayuda.
Por último, hay que considerar que la experiencia de usuario para un elector en la mesa de votación no consiste sólo en el marcado de la boleta, sino todo lo que ocurre desde que llega y se identifica con el vocal de mesa, pasando por su selección y marcado de boleta, doblado de la misma, depósito en la urna y retiro de la mesa. Todos estos factores deben considerarse para el diseño de una experiencia rápida para el votante, que reduzca la posibilidad de equivocación en el voto, y que minimice el nivel de estrés del votante.
Puedes revisar los resultados completos de la elección en la web Resultados de SERVEL.
Créditos de imágenes:
Image by David Peterson from Pixabay
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