Votar sin fronteras: Soluciones digitales para profesionales en movimiento
El derecho al voto es un pilar fundamental de las democracias modernas, pero no todos los ciudadanos tienen la misma facilidad para ejercerlo. Para algunas profesiones, desde marineros y trabajadores de plataformas petroleras, hasta el personal que pasa temporadas en la Antártida, la posibilidad de votar se ve comprometida por sus períodos de trabajo prolongados y, a menudo, imprevisibles. Estas circunstancias les impiden asistir en persona a los lugares de votación y, en muchos casos, imposibilitan incluso el envío de su voto por correo.
Recientemente hemos visto, por ejemplo, una serie de protestas por parte de trabajadores de la industria pesquera de España, llamando la atención al hecho de la falta de acceso al voto para este sector que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas de España, agrupa al menos a 25.000 personas, quienes ven mermado su derecho a elegir gobernantes. Un caso similar ocurre con la marina mercante.
Los desafíos del voto tradicional
El voto presencial requiere que el votante esté físicamente en su lugar de votación en un día específico, algo imposible para quienes se encuentran en medio del Atlántico o en una plataforma petrolera en el Mar del Norte. Por otro lado, el voto por correo, aunque ofrece una alternativa, no siempre es viable debido a la incertidumbre en los tiempos de envío y la dificultad de acceso a servicios postales en áreas remotas o en alta mar.
El potencial del voto por internet
El acceso a internet es cada vez más ubicuo y accesible, especialmente cuando contamos con alternativas como Starlink, superando con creces a las posibilidades del servicio postal tradicional. Esto convierte al voto por internet en una posibilidad prometedora, garantizando que todos los ciudadanos puedan ejercer su derecho sin importar donde se encuentren.
El acceso al voto telemático no sólo facilitaría la participación de este personal, sino que también permitiría mayor flexibilidad en términos de tiempos de preparación y logística para este segmento de la población.
Casos de estudio y legislación existente
Varios países y jurisdicciones están explorando o incluso han implementado el voto electrónico remoto a través de internet para facilitar el acceso a sus ciudadanos, o al menos algunos segmentos de estos, a las urnas cuando las condiciones no son ideales para el acceso presencial.
Estonia ha implementado el voto por internet de manera exitosa desde 2005, accesible para todos sus ciudadanos, pero no son el único caso. Países como Suiza, Francia, Noruega, Alemania, México o El Salvador han implementado soluciones de acceso al voto a través de internet para algunos segmentos de la población, como grupos de interés especial o ciudadanos en la diáspora.
¿Cuáles son los desafíos?
La introducción de nuevas tecnologías en procesos existentes, particularmente en el ámbito electoral, requiere llevar a cabo una correcta selección de la solución a implementar, además de campañas de información que generen confianza en el público, desde el punto de vista de seguridad y privacidad.
Las experiencias positivas existentes nos indican que no sólo es posible, sino que la tecnología está suficientemente madura para su adopción general.
Votar sin fronteras: Lo que concluimos
La inclusión mediante el voto por internet ofrece una oportunidad significativa para democratizar aún más los sistemas electorales, asegurando que todas las voces, sin importar su ubicación geográfica o condiciones laborales, sean escuchadas.
En ocasiones se ha normalizado la falta de acceso a determinados servicios para ciertos sectores bajo el argumento de que “siempre ha sido así”, pero mucho de esto se debe al hecho de que históricamente no han existido soluciones técnicas para afrontar algunos de estos problemas.
Hace tan sólo 50 años era imposible pensar en que una persona que pasaría meses en altamar pudiera votar o enviar su voto para cualquier elección. Hoy, sin embargo, contamos con una tecnología precisa, segura y costo-efectiva, por lo que no debería haber excusas para tratar a trabajadores de determinadas profesiones, como ciudadanos de segunda, cuando se trata del ejercicio de su derecho al voto. Es imperativo entonces considerar reformas legislativas que tomen en cuenta los avances tecnológicos para abordar estos desafíos y abrir el camino a una participación electoral más inclusiva y equitativa.